De nacionalidad portuguesa y suiza, pero su lugar de nacimiento es "Angola". Kamy Moser pronto se dio cuenta de su amor por las artes. Sola, con su habitual terquedad y determinación, gastó pintura y lienzo (que luego destruí) hasta lograr dominar los materiales.
Sin embargo, necesitaba técnica y, ante la insistencia de un amigo, se puso manos a la obra y siguió adelante. Fue discípula de los maestros Zoran Smiljanic y Teresa Trigalhos en su escuela de pintura con quienes aprendió técnicas de las escuelas rusa y francesa. Entonces surgió la oportunidad de mostrar sus obras y realizó varias exposiciones individuales y colectivas.